La nueva escuela no viene del conocimiento, la nueva escuela viene de la vivencia.
El nuevo profesor no es el que sabe, es el que encarna.
En un mundo donde abunda la información, el aprendiz no busca quien tenga el conocimiento, busca quien le muestre la verdad y descubre que el maestro vive en él, y así manifiesta la verdad, la encuentra y ésta la encuentra a él.
El nuevo alumno no adquiere la verdad de fuera, la saca de dentro de sí, la canaliza.
En la nueva escuela, no se memorizan los conceptos, se descubren las esencias.
La verdad se muestra a través de las comunidades, de esa inteligencia colectiva que a través de compartir, conectan sus experiencias y devela el secreto, lo que es común en todas: la esencia.
La nueva escuela es la misma escuela que siempre: la vida… y las lecciones se viven, la libreta es este cuerpo en el que escribe el alma del aprendiz guiado por su maestro, el espíritu.
Foto de Quino Al.