Hoy vivo un sábado intenso, en lo físico y en lo anímico.
Me siento satisfecho de las vidas que voy impactando en mi camino, y en la fe y en la esperanza que siembra mi ser mientras avanzo en mi andar.
También reconozco cada vez la humanidad en la gente, y admiro esa determinación con que hombres y mujeres se liberan de sus esquemas adquiridos al darse cuenta de ellos y de su origen o de su simple disparidad con lo que realmente se es.
Agradezco las experiencias de vida, las vidas con que me cruzo y la evidencia de amor en las relaciones humanas, que recojo con mis resultados, en mi vida.
Mi cuerpo pide descanso profundo para el vuelo de mañana que mi espíritu diseña. Y yo escribo unas líneas antes de ir a la cama, comprometido con crear un legado.